Estaba de compras en el supermercado y escuché el gol de Uruguay. El primer gol. Luego el segundo cuando ya estaba en la caja pagando. En realidad no quería ver el partido porque me imaginaba que ese equipo era demasiado para nosotros. El gigante contra Goliat. Luego aceleré la marcha y llegué a casa justo para los dos goles peruanos. Se me salían las lágrimas con el gol de Paolo Guerrero ante cuatro oponentes y agarrado por todos lados. -¡Es un Tupac Amaru!- Me dije mientras se me salía el corazón de emoción al ver que ya en el suelo y con su lucha consiguió un tanto para la blanca y roja. Luego la tapada del penal me arrancó un grito que jamás imaginé poder hacer. ¡Que emocionante!
Aunque el final del encuentro nos fue adverso, peleamos como grandes y pusimos en jaque a Uruguay en su cancha. Y eso es bastante bueno. ¡Bravo muchachos jugaron del carajo! Los queremos aun más por su lucha. Seguiremos adelante contra lo que venga...ARRIBA PERÚ
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