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El Arte de Escribir por Bepafel
Nada en la vida es “así nomás”,
y la escritura no esta fuera de esta premisa.
Aprender a escribir es igual para un niño de
seis años como para cualquier mortal que desea ser escritor. Al principio lo
único que vemos es una nube gigante, tan blanca como el papel que tenemos en
frente. Poco a poco empezamos copiando alguna palabra para después soltar
frases con ideas que van teniendo forma y luego a manera de partes las unimos y
le damos sentido.
Todo toma su tiempo, pero la cosecha del
escritor es gratificante, porque termina armando un rompecabeza que se
convierte en parte suya para otros.
Lo importante de escribir es saber a quien
vamos a llegar para buscar un lenguaje apropiado. En mi caso la mayoría de mis
obras son para niños, entonces digamos que estoy acostumbrada a la enseñanza.
Cuando escribo algo al saber que va a quedar gravado en los niños, intento
dejarles mensajes con valores, amor a la naturaleza o algo de contenido
histórico o geográfico. Ese es mi caso y esta ligado a los textos infantiles
pero, en el mundo literario hay muchos géneros atractivos para cada escritor.
Se puede elegir la categoría que nos guste y
darle ese contenido que tenemos guardado y queremos dejar salir, la ventaja es
que nada nos limita, nada.
Si nos gustan los hechos legendarios y tenemos conocimiento
(Si no lo tenemos lo investigamos) podemos empezar con una narración basada en
la historia y complementarla con nuestra imaginación para crear una obra épica.
Si nos gustan los poemas y sentimos que tenemos
facilidad para expresar sentimientos, emociones o sensaciones, de hecho la
poesía es el camino. Yo escribí un poemario Eclipse que desenterré de recuerdos
y que me hizo darme cuenta de cómo pueden cambiar nuestra manera de sentir y de
pensar, pero ese es motivo de otra nota.
Si nos gustan los dialogos y con ellos podemos transportar
al lector a vivencias marcadas por el destino, entonces el drama es el camino.
Digamos que lo descrito anteriormente es solo
el inicio de la madeja, hoy en día se abre un abanico de posibilidades para todos
los escritores o personas que inicien este camino.
Son tiempos distintos los nuestros, tiempos de
cambio, de la busca constante por renacer los verdaderos sentimientos, aquellos
que muchas generaciones desdeñaron y hoy cobran valor. Por eso, tan importante
es el texto del más famoso de los escritores como el diario de una niña, las
notas de un joven estudiante, los escritos del abuelo o los correos
electrónicos de dos enamorados, o amigos. La gran mayoría quiere vivir a través
de la lectura lo que no tiene, lo que es más dificil cada día, una vida en
compartir.
Somos los escritores los llamados a llenar ese vacío en los lectores a través
de nuestro trabajo, que al final sin sentir y con pasión entregamos. Por eso
dicen que escribir es un arte, más que eso diría que es una necesidad para el
escritor, quien se refugia en la palabra para consolidar una idea, un sentimiento,
una pasión o simplemente dejar su legado. Ese que considera es importante y
digno de salir a la luz, ese escrito que se cambió y cambió tantas veces,
cueste lo que le cueste, en entrega total. Porque leer y releer es el día
a día de todo escritor, pulir y pulir
una exigencia, claro que sin exagerar porque siempre habrá algo que cambiar y
muchas veces perdemos la esencia.
Somos los escritores quienes en cada entrega
tenemos un brillo interno, una felicidad cómplice con nuestro trabajo, por eso
si lees estas líneas y quieres andar en este sendero, no te detengas, por nada
ni por nadie, si quieres escribir hazlo, empieza ahora y escribe, deja que esa
luz te ilumine y aunque escribir un libro no es el gran negocio de la vida, si
es la gran inversión personal, esa que te alimenta el alma y te hace feliz al
ser compartida
Los artistas se valen de la imagen, la materia o el sonido, para
hacer algo maravilloso y único, los escritores se valen de la palabra para
perdurar en el tiempo.
Un dicho popular dice: siembra un árbol, ten un hijo y escribe un libro si quieres estar realizado en la vida, yo te digo: Empieza por el libro porque florecerá como un árbol y lo querrás como un hijo.
Bertha Patricia Fernandini León