Es para mi una gran satisfacción y alegría haber diagramado este maravilloso libro de Alfonso Bermúdez Flores, gran periodista y amigo. Desde un inicio al contemplar las maravillosas ilustraciones llenas de arte y dedicación me quedé enamorada del trabajo. Imágenes nunca antes vistas por estas generaciones y cuya data se remonta al año 1848, realizadas por el grabador francés P. A. Varin y también el de C.L. Ciappori y otros más. Pero mi experiencia no solamente se basa en asombrarme de estas obras de arte sino porque en esos días en que trabajé este compendio de estampas tuve gratos sucesos que atribuyo a la precencia de la Virgen. Lo crean o no lo crean para mi hubo un cambio en mi vida y por eso deseo compartirlo con todos ustedes para que al igual que yo experimenten esa paz interna y sabia que solamente nos la puede dar ese ser divino y amantisimo de sus hijos.
Este libro se encuentra en Amazon para la venta en físico y desde el 27 al 31 de diciembre esta absolutamente gratis la versión digital para que lo descargen a sus celulares, laptop o tablet.
Los dejo con parte de la presentación de Divina Creación:
¿Se ha preguntado usted amable lector por qué razón María, esposa del carpintero José, fue elegida por el Divino Padre para ser la madre de Jesús?
¿Cuál fue el rasgo excepcional que tuvo María para ser quien alumbrara al enviado de Dios?
La inquietud es secular. El hombre, a lo largo de los siglos se ha planteado tales interrogantes, y más allá de irreverencias es también una manera de aproximarse al Creador a través de María y su hijo Jesús. Es así como han empezado encuentros y búsquedas que duran toda la vida.
El autor desconoce (aunque conjetura) cuáles fueron las íntimas y sublimes motivaciones de los artistas alemanes que en un tiempo, a fines del siglo XVIII, glorificaron a la Virgen María al conjuro celestial de cada una de las Letanías Lauretanas. Pero al encontrarse con estas bellas imágenes en un libro publicado por el abate Eduardo Barthe en 1852, quiso rescatarlas del olvido porque está convencido que son necesarias cuando el hombre toca el cielo con su tecnología, se interna en el universo y la globalización le enseña contundentemente que la Tierra es una, parte de un todo.
De esta manera, en el milenio dominado por la era digital y el ciberespacio, estos magníficos grabados cumplen una doble función: Exponen, o mejor, redescubren el talento de los artistas alemanes y de otras naciones de Europa que hace más de 200 años se inspiraron en la divina creación, y abren las puertas al encuentro personal íntimo, tan justo y necesario en estos tiempos que van definiendo el surgimiento de una sociedad interactiva en red global. La nueva sociedad cuya tecnología, paradójicamente se repite, une y aísla a los seres humanos.
Así el arte, que no es otra cosa que la manifestación material del alma humana, nos introduce en los misterios de la divinidad a través de imágenes que nos aproximan a un universo espiritual que solemos olvidar.
El arte nos confronta como hombres con la divina Virgen María. Mirándola plasmada en diferentes circunstancias, María nos conduce a la meditación sobre nuestra condición humana. Nos reencuentra con los valores eternos que son el secreto de la vida humana. Aprendemos a mirarnos. Reflexionamos sobre el Creador, su Hijo, el Padre, la Familia. Descubrimos la solidaridad, el amor al prójimo.
Alfonso Bermúdez Flores.
Este libro se encuentra en Amazon para la venta en físico y desde el 27 al 31 de diciembre esta absolutamente gratis la versión digital para que lo descargen a sus celulares, laptop o tablet.
Los dejo con parte de la presentación de Divina Creación:
¿Se ha preguntado usted amable lector por qué razón María, esposa del carpintero José, fue elegida por el Divino Padre para ser la madre de Jesús?
¿Cuál fue el rasgo excepcional que tuvo María para ser quien alumbrara al enviado de Dios?
La inquietud es secular. El hombre, a lo largo de los siglos se ha planteado tales interrogantes, y más allá de irreverencias es también una manera de aproximarse al Creador a través de María y su hijo Jesús. Es así como han empezado encuentros y búsquedas que duran toda la vida.
El autor desconoce (aunque conjetura) cuáles fueron las íntimas y sublimes motivaciones de los artistas alemanes que en un tiempo, a fines del siglo XVIII, glorificaron a la Virgen María al conjuro celestial de cada una de las Letanías Lauretanas. Pero al encontrarse con estas bellas imágenes en un libro publicado por el abate Eduardo Barthe en 1852, quiso rescatarlas del olvido porque está convencido que son necesarias cuando el hombre toca el cielo con su tecnología, se interna en el universo y la globalización le enseña contundentemente que la Tierra es una, parte de un todo.
De esta manera, en el milenio dominado por la era digital y el ciberespacio, estos magníficos grabados cumplen una doble función: Exponen, o mejor, redescubren el talento de los artistas alemanes y de otras naciones de Europa que hace más de 200 años se inspiraron en la divina creación, y abren las puertas al encuentro personal íntimo, tan justo y necesario en estos tiempos que van definiendo el surgimiento de una sociedad interactiva en red global. La nueva sociedad cuya tecnología, paradójicamente se repite, une y aísla a los seres humanos.
Así el arte, que no es otra cosa que la manifestación material del alma humana, nos introduce en los misterios de la divinidad a través de imágenes que nos aproximan a un universo espiritual que solemos olvidar.
El arte nos confronta como hombres con la divina Virgen María. Mirándola plasmada en diferentes circunstancias, María nos conduce a la meditación sobre nuestra condición humana. Nos reencuentra con los valores eternos que son el secreto de la vida humana. Aprendemos a mirarnos. Reflexionamos sobre el Creador, su Hijo, el Padre, la Familia. Descubrimos la solidaridad, el amor al prójimo.
Alfonso Bermúdez Flores.
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