Si no hubiera visto la novela Scheherazade no hubiera conocido esta hermosa pieza que nos transporta y sensibiliza acercándonos a la música como médium entre los sentimientos y la realidad, siento con el violín la vibración de nuestro corazón para deleitarnos el alma y alcanzar esa felicidad genuina que muchas veces duerme y otras jamás despierta. Interpretación magistral de Valery Gergiev. Gracias por compartirlo porque ha pasado ha ser parte importante para mi.
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