Me inclino a optar por lo que mi experiencia me ha enseñado durante más de veinte años en este medio. Ir al inicio para conocer las causas y obtener soluciones inmediatas.
La historia comienza así...
Hace muchos años cada editorial tenía su manera de conseguir ventas en los colegios. Algunos hacían lapiceros, agendas, guardapolvos para los maestros y así endulzarlos con regalitos para que ellos optarán por sus libros en la ya conocida lista de útiles. Todo no pasaba de un marketing rosa, algo muy común en la parafernalia publicitaria existente.
Pero luego de unos años parecía no funcionar esta golosina, así que a un audaz y maquiavélico editor se le ocurrió que en vista de la pobreza en la que estaban los maestros y viendo sus carencias les ofreció una comisión de venta por cada libro que coloque a sus alumnos. Lógico estaba que debía exigir uno libro propio a cada uno de sus alumnos. (Ya no había eso de ayuda a tu compañero y siéntate al costado para compartir el libro. O al centro el dueño de libro quien arrogante se sentía orgulloso mientras dos a su lado debían leer de costado no más...bueno pero ese es otro cuento.)
Y vaya que logro resultado. Esta pequeña editorial que se formó copiando libros a las editoriales grandes logró hacerse un muy buen mercado. Luego los directores al enterarse que el profe estaba haciendo crecer sus arcas, decidió intervenir quitándole la autoridad para elegir los textos. Y ahí es cuando nuevamente el editor machiavéico decide hablar de entregas de computadoras, y n mejoras para la implementación del local. Algo que fue recibido con una sonrisa de oreja oreja por los directores de los colegios. Y bueno como empezó anteriormente esto fue cambiando hasta llegar al cash, muy efectivo por supuesto para los tratos a manejarse. Antes se hacía todo en murmullo y sin olas, pero con el tiempo y experiencia ya era el pan de cada día. Eso fue con esta editorial quien sembró la semilla de la corrupción educativa en nuestros colegios.
Ahora viene la manzana podrida... ¿Qué podían hacer las otras editoriales? Sobre todo sabiendo que los libros que cada vez alcanzaban más venta sin estar aptos en pedagogía educativa? Sin justificar debo decir que tuvieron que entrar a esa competencia desleal. Lógicamente sabiendo que sus libros estaban en muy buen nivel de capacidad para el educando. ¿Marketing? Imagínense quien es el que gana aquí. ¿Será la editorial quien sólo quiere entrar al mismo juego ya existente en el mercado? ¿Será el director del colegio que aprovechándose de la competencia desleal lleva agua para su molino?
Lógicamente a estas alturas no hemos mencionado a los padres de familia quienes son la carnada de todo el problema y los que terminan devorados porque no tienen vela en este entierro aunque pataleen. ¿Que sucede si protesta o acusan? ¿Que ahí de las represalias? ¿Arriesgarían ustedes el pellejo de sus hijos? ¿Soportaría verlos señalados? . Definitivamente habrá un gran freno ante esta opción. Y no creo que sea cobardía, porque si uno se enfrenta es para poner la cara y no poner a un infante luego de tirar la piedra...
¿ O no?
Hoy en referencia escuche que el Ministerio de educación debe intervenir, lo cual no me parece bien ya que cambiaríamos la potestad de elección a un solo ente educativo y volveríamos a lo mismo. ¿Sólo comprar los seleccionados por ellos? Imposible solución.
¿Que los padres de familia puedan elegir el libro que vean por conveniente para la educación de sus hijos? Si esto va ser el resultado de elegir el libro más económico, de ninguna manera es dable.
Luego algunos dicen que la solución es que cada alumno lleve el libro que pueda comprar el padre de familia. Se imaginan el pandemonio para el profesor tener que enseñar en una torre de babel. No habría quien entienda nada, En este caso tiene que ser un libro único de referencia.
A menos que las clases sean al estilo universitario y cada uno investigue respuestas de acuerdo a lo solicitado, lo cual no sería tan mala idea si es que cambiara toda la pedagogía ya existente. Bueno la verdad si es descabellada. Esto pasa por pensar mientras escribo.
La solución esta en la cara de todos nosotros. Simplemente hay que quitar la comisión entregada a los maestros o colegios y descontarla del costo inflado del libro. ¡Punto y basta! Luego ya se verá cómo se hace el próximo año para la elección de libros. O algún machiavelico dirá, la comisión se entregara a sobre cerrado sin que quede huella misma licitación. ¿Quién sabe?.
Pero lo que no estoy de acuerdo es en acusar abiertamente a las editoriales de prestigio, quienes durante años han contribuido a la educación exitosa de nuestro país por entrar en un marketing generado por la coyuntura del momento.
Mientras tanto veamos cómo podemos contribuir a dejar atrás esta penosa situación y hacer un pacto en favor de la educación sin hacer alardes que luego van a quedar en el olvido. Hoy tenía que dar este pequeño punto de vista para ver si en algo puedo contribuir a encontrar alguna solución sin perjudicar a nadie. Todo se puede arreglar si nos juntamos para conseguir el mismo fin. ¡La educación es el bien más grande que un padre quiere dar a su hijo! Contribuyamos a lograr un resultado positivo para el educando nacional.
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