jueves, 5 de junio de 2014

Libro de valores de Paquito: Sobre el arrepentimiento.


Una mañana, un hombre holgazán paseaba despreocupadamente por el bosque. De pronto, se encontró con un zorro hambriento que tenía las patas heridas y rezaba pidiendo ayuda a Dios.

-¡Dios mío! ¡Envíame algo de comer!

Mientras observaba la escena detrás de una gran roca, el hombre se compadecía del pobre animal que gemía sin cesar.

-Y ahora, ¿cómo podrá sobrevivir este animal? -se preguntaba.

Mientras pensaba así, un tigre llegaba con una presa en la boca y se la devoraba delante del zorro. 
Una vez hastiado de comer, le dejó el resto de carne al zorro, quien se abalanzó sobre los trozos de carne sobrantes, devorándolos a una velocidad impresionante hasta dejar sólo los huesos roídos.

-¡Gracias, Dios mío! -decía entre dientes sin dejar de relamerse el zorro. El hombre no dejaba de ver lo fácil que había sido para el zorro que, con sólo pedir, conseguía la comida. Regresó al día siguiente para saber cómo le iba esta vez.

Dios volvió a alimentar al zorro por medio del  mismo tigre.

El holgazán, mientras veía al zorro saborear la generosa comida, se maravillaba de la inmensa bondad de Dios y, pensando lo fácil que había sido para el hambriento animal conseguir su alimento, se le ocurrió una desvergonzada idea:

-Voy a fingirme enfermo y rezaré pidiéndole a Dios que me ayude. Él me dará cuanto necesito -afirmaba convencido.

Así lo hizo durante todo el día. Se quejó a voz en cuello y pidió sin reparos a Dios que lo ayudara. Pero al ver que nada ocurría pensó:

-¿Qué sucede? Dios no me envía nada. Ya llevo varias horas aquí y no veo a nadie quien me ofrezca algo de comer.
Esperó otro día más...

-Dios mío, ¿qué esperas? ¡Estoy cansado, agotado y muerto de hambre! Cada minuto que pasa me siento más débil.
Sin poder creer que la merecida ayuda que necesitaba no llegaba nunca, se le ocurrió pensar:

-Quizá no estoy en el sitio adecuado. Tal vez en la entrada de aquella cueva Dios me vea más fácil.

Se sentó en una piedra delante de la cueva y empezó nuevamente con su lastimero pedido.

-¡Dios mío, envíame a alguien para que me dé comida!

De rato en rato miraba de reojo para ver si aparecía su salvador, pero era en vano; siempre se encontraba solo y, al ver que nada conseguía, se desesperaba y hasta se tapaba los oídos para no sentir el sonar de su estómago vacío.
Pasaron dos días más y no sucedió nada. Cansado, se tendió en el claro del bosque y con los brazos extendidos pensó:

-¡Ya no puedo más! Creo que Dios se ha olvidado de mí. Definitivamente, no me ha escuchado.
Una semana después, el holgazán estaba casi al borde de la muerte.
Entonces, oyó una voz que resonó dentro de su cerebro como un eco que venía de la cueva en donde estaba.

-¡Oh, tú que te encuentras en la senda del error, abre tus ojos a la Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al zorro herido.

Arrepentido, el holgazán sintió una gran vergüenza. Las mejillas se le llenaron de color con la poca sangre que le quedaba. Hizo un último esfuerzo y volvió al campo a trabajar. 

Al ver el cambio del haragán, Dios hizo que la tierra fuera generosa con él y le diera el sustento para vivir, colmándolo de una vida holgada para él y su familia.   

  Nunca es tarde para arrepentirnos de nuestros errores ya que podemos cambiar apenas lo decidamos. No debemos sentirnos avergonzados de cambiar nuestra actitud, sino agradecidos por lo que aprendemos cada día.


Editorial Ferrandini
Pedidos a ventasbepafel@gmail.com

lunes, 2 de junio de 2014

RUIDOS MOLESTOS EN MIRAFLORES...HASTA CUANDO SEÑOR ALCALDE VAN ATROPELLAR LOS DERECHOS DE TODO SER HUMANO DE VIVIR EN PAZ

Hoy voy a contar una historia que no es cuento es la pura realidad de lo que me esta pasando. Lo que considero un atentado a mi tranquilidad y la de mi familia, es más también de mis vecinos. La historia comienza así:

Yo vivo en el segundo piso de un edificio en Miraflores. Hace dos meses mi vecina del tercer piso me pidió conversar para poder hacer unas mejoras a su departamento ubicado justo encima del mío. En eses momento le comenté que mi madre es una persona mayor y que ese ruido molesto la iba  a sacar de su ritmo de vida. Pero ella me sugirió buscar un lugar donde podría salir a pasar algunas horas y que en verdad eran unos diez días de intenso ruido, luego iba  a ser menos. Además me dijo que ya tenían un permiso provisional porque era solo cambio de pisos y mayólica, lo cual no necesitaba mayor permiso municipal. En verdad me hizo ver que eran una pareja joven y ese era el sueño realizado para ellos. Le dije que vería hasta cuando se podía soportar el ruido y lo dejé ahí.

Me pidió por favor que no acudir  a la municipalidad para quejarme ya que antes debía hablar con ellos porque eso sólo demoraría más la obra. Pensé que eso jamás lo haría porque no quería perjudicarlos.

Bueno al día siguiente fui a la Municipalidad solamente para averiguar cuales eran mis derechos. La señorita me contestó que si iban a cambiar sólo mayólicas y pisos no necesitaban permiso de los inquilinos y que podían hacerlo desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde sin ningún problema. Encima debía agradecer a mis vecinos que empezaran las obras a las diez de la mañana asumiendo según me dijeron un pago adicional.

Bueno a la semana siguiente empezó un ruido que era imposible de aguantar. INSOPORTABLE. En verdad no sólo cambiaron los pisos, también un muro y dos alféizer de ventanas, en verdad lo desmantelaron todo el departamento dejándolo en casco. Y lo se bien porque entré a verlo. El taladro y la picadera de pisos, zócalos era un desmadre. Salimos corriendo de la casa. Y no solo nosotros. Los vecinos del segundo piso que también son de edad y lo que es peor a la señora la acababan de operar de la cadera y daba pena verla bajar las escaleras agarrada de un lado lentamente para huir del edificio. También tener que regresar a pasar horas dentro porque no tenían donde ir. Comprar comida y comerla a la hora de descanso del personal.

Yo en verdad no pensé que ese ruido podría sacar a cualquier persona de sus cabales. Bien dicen que una tortura terrible y que vuelve loca a la gente es colocarle una gota de agua en la frente durante horas. Algo así era estar debajo del departamento. La empleada dejó de venir y tuvimos que cambiar toda nuestra vida. Teníamos que salir antes de las diez y regresar después de las cinco de la tarde. A quien le importa si estas resfriado o te sientes mal o simplemente quieres descansar, sobre todo si pasas los ochenta años. Me he sentido maltratada por el solo hecho de ver a mi madre y a mis vecinos huir de sus casas para aceptar lo inaceptable. Todo en aras de ayudar a esta pareja a realizar su sueño.

Encima se aparece mi vecino con una torta de chocolate con la mejor de las intenciones por los ruidos ocasionados. En ese momento quería decirle...Cómo te explico...tuve que recibirla siendo tolerante y tratando de mantener la fiesta en paz. Pero en verdad, bueno mejor no digo que hubiera hecho. Lo dejo ahí.

Ya han pasado más de 50 días y los ruidos siguen. Recién hace una semana el taladro dejó de funcionar pero la picada continúa. Me encuentro con mi vecino en la puerta ya casi a las cinco de la tarde y le digo.
-¿Hasta cuando va a seguir esta bulla?
-Hasta que me entreguen mi departamento en quince días- me contesta con una sonrisa. Y yo me tengo que contener porque no puedo creer que le tenga que seguir mirando la cara y aun no se de cuenta de todo el estrago que ocasiona. Es más pienso que cuando uno vive en un edificio debe tener el permiso de los inquilinos para saber si es posible sus condiciones físicas y mentales para afrontar un stress de esa magnitud.

Yo me pregunto: ¿Que pasaría de aquí a unos años cuando tengan un hijo y  yo decida cambiar todos los pisos, zócalos, botar algunos muritos y hacer este desmadre de 60 días con permiso de la Municipalidad porque son arreglos menores. Es más haría exactamente lo mismo porque me imagino que va  a quedar realmente bello. Siendo considerada empezaría a de 10am a 5pm de la tarde. TOO MUCH!

HASTA CUANDO SEÑOR ALCALDE DE MIRAFLORES SE VA A PERMITIR AVASALLAR LOS DERECHOS DE TODO SER HUMANO DE VIVIR EN PAZ.